Relatos

Primera Ascensión del Marmolejo desde el Lado Chileno en 1943 – Relato de Walter Bachmann

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Relato de Walter Bachmann al Mercurio el 24 de Marzo de 1943 con este histórico ascenso. Fotos del archivo de Mario Araneda

ASCENCION AL MARMOLEJO DESDE EL LADO CHILENO CONSTITUYE UNA HAZAÑA DE VALOR ANDINISTICO

«… Walter Bachmann nos ha relatado en forma sencilla y sin dar mayor importancia, los pormenores del escalamiento. Dice Bachmann «El Marmolejo constituía para mi una gran aspiración, máxime que el año pasado fracasé en un intento con Carlos Delledone , alcanzamos hasta el portezuelo entre el San José y este cerro. Por eso le dedicamos 15 días para asediarlo hasta que cayera la cumbre. Y ello sucedió después de 5 días de esforzada labor en que tuvimos que pelear con el tiempo y las dificultades naturales del cerro. Con Mario Araneda y Luis Krahl , Partimos el 31 de Enero hacia Lo Valdés, donde almorzamos y dejamos todo listo para partir en la madrugada del día 1ro hacia la engorda , donde nos deja el arriero, al mediodía nos encontrábamos al final de la quebrada iniciando de inmediato el viaje por el ventisquero que conduce al torrente de hielo colgante, que desciende desde los 6000 metros hacia la base del cerro. Este ventisquero cae en varias lenguas hacia el portezuelo de la engorda y al río Yeso, estando cortado en partes por altos farellones de roca. El ventisquero en su comienzo ofrecía algunas dificultades de grietas y penitentes que alcanzaban hasta 6 metros de altura, inconvenientes que desaparecieron a medida que nos internábamos por el medio del planchón helado.A 4000 metros, aproximadamente, hallamos un sitio apropiado donde plantamos nuestra carpa para alojar. En la madrugada de 2 seguimos viaje por el hielo, alcanzando después de 2 horas la base del ventisquero colgante. Aquí se inician las verdaderas dificultades, ya que la pendiente del hielo es mayor y el torrente helado ofrece los mas variados obstáculos en forma de paredes rectas de 6 a 8 metros con gradientes de 70 a 80 grados. Los penitentes del tipo gigante mas las formaciones de hielo y las grietas de profundidad incalculable, se oponen tenazmente a quien intente escalar el Marmolejo desde este ángulo. La terea principal la constituyo el sorteo de las grietas, que afortunadamente siempre logramos cruzarlas , sea por puentes o por largos rodeos. A medida que avanzábamos las dificultades del terreno eran mayores debido al deplorable estado de la costra superior del ventisquero que se haya tan agrietado y poblado de piedras, montículos de hielo y otras formaciones, que resultaba un verdadero laberinto el cruzar esta parte. En pates el hielo muestra su espesor superior al quedar al descubierto los bordes de la cascada helada donde tenía más o menos 15 metros sin contar la parte incrustada de espesor insospechado. También tuvimos oportunidad de ver algunas formaciones de hielo antiquísimo de característico color negro lo que nos hace suponer la antigüedad de esta cascada helada. Si agregamos el mal estado del ventisquero colgante con su superficie enteramente quebrada y los ruidos de la masa interna indicadores de nuevos agrietamientos, tenemos que la formación de hielo debe datar de algunos cientos de años. A los 4.400 metros debimos abandonar el hielo y seguir por el cascajo, pues era imposible continuar en el laberinto de las grietas. Con más lentitud, pero más seguros caminamos un buen trecho para volver al hielo cuando la superficie se vio mas limpia. A los 5000 metros se terminaron los obstáculos del hielo y levantamos campamento. Frente a nosotros la cascada helada que se precipita al portezuelo de la engorda nos nuestra una rica variedad de formaciones de hielo en forma de chorros, cornisas, hilos de hielo, terrazas etc. El tiempo se había mantenido bueno y caluroso y al día siguiente a las 9 partíamos hacia el portezuelo que une el Marmolejo con el San José donde el hielo se presenta pulido y transparente por efectos del viento huracanado que sopla allí. Bajo el portezuelo levantamos el campamento para realizar desde allí la ascensión a la cumbre.

HACIA LA CUMBRE DEL MARMOLEJO

A las 3 de la madrugada del día 4 iniciamos la primera tentativa siguiendo unas lomas frente al campamento sin pasar por el portezuelo. Alcanzamos hasta los 5400 metros, regresando completamente entumidos a causa del viento casi polar que soplaba. El tiempo se había descompuesto y contribuía a empeorar las condiciones, por la tarde cuando se despejo hicimos un nuevo intento hasta los 5300 mts. Siguiendo estas vez la ruta del portezuelo, para regresar otra vez a causa del frio. El día 5 iniciamos a las 3 de la mañana otra tentativa por el portezuelo, alcanzando este lugar en media hora. Siguiendo el filo nos hallamos en terrenos lisos sin rocas casi y donde se podría levantar una plaza. A causa de la oscuridad nos refugiamos en unas rocas en espera de la luz para continuar, necesitando mantenernos en constante movimiento para evitar el frio. Mientras llegaba la luz del día, se produjo una novedosa tempestad eléctrica en una cadena de cerros que se extiende desde el Tupungato hasta Nieves Negras, frente a nosotros, con una sucesión de luces enceguecedoras que iluminaron el espacio a varios kilómetros . Esto por lo menos nos sirvió de entrenamiento, luego reanudamos la marcha para llegar a la cumbre a las 8 de la mañana.

EN LA CUMBRE

La cima del Marmolejo esta formada por 3 montículos de 6 a 8 metros de diferencia en altura situados a unos 10 metros de distancia uno del otro. La cumbre principal y allí nada hallamos que probara ascensiones anteriores lo que nos hizo presumir que la expedición Sattler-Maas no dejó especies. Estuvimos 3 horas mirando el paisaje, que aquí era imponente , hacia el norte hasta el Aconcagua y al sur los Picos del Barroso. Los cerros Tupungato, Pirámide, Piuquenes, Castillo, Manchado, Placas, Punta Italia, Morado, Loma larga, Ruperto Freire, Mesón Alto y Cortaderas, eran visibles en sus menores detalles, así como el Ramón y Punta de Damas , más lejos. Se levantó una gran pirca donde colocamos la libreta de cumbre y enseguida nos lanzamos cerro abajo por el portezuelo y luego por los acarreos del San José hasta tomar la base del ventisquero colgante. Seguimos inmediatamente hasta la Engorda, donde llegamos a las 10 de la noche, alojamos y al día siguiente , después de cruzar el estero la engorda llegamos a Lo Valdés justamente al mediodía y a tiempo para el almuerzo. Se habían cumplido así 6 días de nuestras vacaciones en la alta cordillera”.

Fotos del archivo histórico de Mario Araneda