Esperábamos algo de nieve, pero encontramos un cerro seco, que con un clima soleado, hizo ardua la tarea del ascenso logrado finalmente en 4 horas y media con un desnivel de 1.300 metros. Es un cerro entretenido, combinando un sendero entre árboles y arbustos, para luego remontar algunos pasos de rocas y gateos que le agregan atractivo, sin que hayamos tenido ninguna dificultad. Todo el grupo que salió logró la cumbre, lugar en que además celebramos a María Elena del Valle en el día de su cumpleaños. Algo de frío en la cumbre. Al bajar decidimos hacerlo explorando un nueva ruta de descenso por un filo paralelo, que si bien permitía seguir una huella en un primer tramo, finalmente se perdía, y que luego al llegar a la zona de vegetación y hasta el fondo de la quebrada, nos entretuvo con un verdadero ejercicio de orientación, seguimiento de cauce de esteros, hasta reencontrarnos con la huella original. Buena salida, excelente grupo, todos de regreso sin novedad.