Objetivo: Volcán Maipo

Salimos de San Gabriel a las 11am aprox, luego de los trámites en Carabineros. Una vez en el fundo Cruz de Piedra, llegamos sin mayor complicaciones al plateau altiplánico del volcán. La ruta, sin bien está en relativo buen estado, es un camino difícil, sólo para 4×4. Nosotros fuimos en una Ssang Yong Actyon Sport y un Subaru XV. El cruce del río no revistió mayor problema, pero las pendientes, en camino malo y en altura (sobre los 3mil m) es un desafío no menor para la conducción. En el camino nos cruzamos con una bandada de cóndores y una mandada de Guanacos que corrían en toda libertad. Siguiendo algunos consejos publicados, nos acercamos a la base del volcán en los vehículos, saliéndonos del camino a la altura de una instalación del gasoducto, cerca de la frontera, ganando algunos kilometros de marcha. Dejando los autos a las 16h, (altura 3.415), caminamos unas 3hr hasta el campamento base (3.770), en la base de unos neveros que aportaban agua fresca, sin necesidad de derretir nieve. El terreno arenoso y horizontal permitió instalar las carpas de manera bastante confortable. El lugar estaba bien protegido del viento, y las temperaturas no bajaron mas allá de los -5º. El viernes, emprendimos la ruta a las 4am, tratando de acercarnos lo mas posible hacia el filo norte. Cruzamos varios neveros, pero no fue necesario el uso de crampones. En un suave avance, llegamos hasta la cota 4.325, lugar donde no pudimos avanzar mas. Decidimos enfilar hasta la cumbre por el filo poniente, por un extenso y tedioso ascenso por acarreo, prácticamente hasta la cima, la cual fue alcanzada por todo el grupo entre las 14h30 y 16h. A pesar del buen tiempo, hubo mucho frío en todo el camino. La vista en la cima del volcán es impresionante, y hacia el norte pudimos apreciar el Mesón Alto, el Tupungato, el Marmolejo, San José, el Manchado, y el glaciar Argüelles por el norte; al poniente los imponentes Picos del Barroso y otra cumbres sin nombre, que nada tienen que envidiar a las Torres del Paine, y al este la pampa Argentina y en primer plano la mítica laguna Diamante. El descenso se hizo por una ruta alternativa, siguiendo una huella por un acarreo fino (arenoso). Llegamos al campamento base a las 22h, ayudados tanto por el buen sentido de orientación como por los waypoints de GPS (inReach). 18 fatigantes horas de caminata, da para pensar en utilizar un campamento intermedio. El regreso al dia siguiente, nos permitió apreciar en toda su magnitud el hermoso valle del Maipo, realizando incluso una parada en las espectaculares termas Puente de Tierra. Vale la pena reflexionar sobre el conocido debate sobre el acceso a las montañas. Por nuestra parte, no tuvimos mayor problema en la gestión de los permisos, y habiendo demostrado nuestra experiencia y planificación pudimos entrar sin mayor problema. El hecho de que este inmenso valle se encuentre prácticamente virgen, con muy poca presencia humana, ha permitido un estado de conservación único en el mundo: Avistamiento de inmensos cóndores, mandadas de guanacos, caranchos, zorros y otros bichos; flora única que se encuentra en situaciones fuera de lo común; baños termales en estado natural. Como montañistas tuvimos un privilegio único, y quizá el futuro de este lugar estaría en transformarlo en una reserva de la biosfera, con un estricto control de acceso y estadía, abierto para todo el mundo. Especial agradecimiento y reconocimiento a GASCO, por permitirnos el acceso sin mayor inconveniente y, de alguna forma, dar protección a este único ecosistema. También a Carabineros, del retén San Gabriel y en particular al “puesto de avanzada” cajón arriba. Extremadamente amables, interesados, y nos compartieron información valiosa.